Beber té en verano nos permite refrescarnos de una manera sana y natural. El té frío es una bebida rica en antioxidantes, depurativa, diurética y sin gas, ni azúcar, ni conservantes, ni colorantes artificiales.  Es mucho más saludable que cualquier otro refresco.

Cada maestrillo tiene su librillo y existen muchas maneras de prepararlo.

Nosotros os recomendamos:

1. Calentar 1 litro de agua.

2. Añadirle 5 cucharaditas de té, dejarlo reposar el tiempo correspondiente, y filtrarlo.

3. Después hay que dejarlo enfriar y ponerlo en la nevera para que quede bien frío. Eso sí, el té ha de quedar bien tapado, para evitar que se nos oxide por estar en contacto con el oxígeno.

El té guardado en la nevera, así preparado, aguanta todo el día perfectamente. También podemos añadir limón, naranja, menta… para darle un sabor más delicioso aún.

Para preparar té frío siempre recomendamos aquellos que se acompañan de frutas, algunas sugerencias:

Té verde de mango y fruta de la pasión.

Té blanco con frutas tropicales.

Té verde El Lama.

Rooibos de yogur y arándanos.